Colon Irritable

El «Síndrome del Intestino Irritable» (SII), es un cuadro crónico y recidivante, caracterizado por la existencia de dolor abdominal y/o cambios en el ritmo intestinal (diarrea o estreñimiento).

¿Qué es?

Se denomina colon irritable o síndrome del intestino irritable (SII) al trastorno gastrointestinal caracterizado por presentar un conjunto de molestias abdominales y alteraciones del hábito deposicional para los que no se puede demostrar una causa. El colon irritable constituye casi el 30% de los diagnósticos en consultas ambulatorias de aparato digestivo. Se presenta con mayor frecuencia en mujeres.

¿Cuál es la causa que lo produce?

El síndrome de colon irritable  es una enfermedad de causa desconocida. Algunos estudios han demostrado  que los músculos del colon de las personas que sufre de esta enfermedad se contraen con más intensidad que los que no la presentan. Se han relacionado múltiples factores desencadenantes incluyendo ciertos alimentos, medicamentos, y estrés emocional. Algunos investigadores han sugerido que un exceso de bacteria del tracto gastrointestinal pueda contribuir a los síntomas.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico se basa en una minuciosa historia clínica que nos orienta hacia la posibilidad de tratarse de un colon irritable. Entonces, dependiendo de la clínica, la edad o los antecedentes familiares y personales se pueden realizar diversas pruebas complementarias que nos descarten la existencia de patología orgánica (diagnóstico por exclusión). Entre estas pruebas complementarias podemos incluir análisis generales y específicos de sangre, orina y heces, estudios radiológicos de abdomen con y sin contraste, ecografía abdominal y sigmoidoscopia/colonoscopia. 

Entre las complicaciones mayores están la perforación (casi nunca en el caso de la endoscopia diagnóstica), la hemorragia, reacciones medicamentosas, alteraciones cardiopulmonares y transmisión de infecciones. Otras complicaciones menores son roturas dentales, mordedura de lengua, luxaciones mandibulares, afonía…, entre otras.

Tratamientos recomendados

Es preciso proporcionar información adecuada y comprensible sobre las características de su enfermedad, especialmente de su cronicidad y del pronóstico benigno de la misma. Una vez que el paciente haya entendido su enfermedad y haya podido resolver todas sus dudas, se pueden iniciar diversos tratamientos dependiendo de la naturaleza e intensidad de los síntomas. Las posibilidades actualmente disponibles incluyen:

  • Medidas higiénico-dietéticas: evitar temporalmente aquellos alimentos y bebidas que desencadenen o empeoren sus síntomas Realice ejercicio físico adecuado a su edad y evite el sedentarismo.
  • Fármacos: sólo cuando la intensidad de los síntomas así lo aconseje, dirigidos a controlar el síntoma predominante y durante un periodo limitado de tiempo.
  • Psicoterapia.
  • Dieta para el colon irritable.
  • Dolor y retortijones  abdominales, normalmente en la parte inferior del abdomen.
  • Sensación de distensión abdominal.
  • Heces más duras o más blandas  de lo normal habitualmente con un patrón alternante.

Las buenas noticias es que es una enfermedad benigna. Las personas que la padecen no tiene más probabilidades de desarrollar enfermedades del colon, como colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn, o cáncer de colon. Sin embargo puede producir una merma importante en la calidad de vida de los pacientes que la sufren.

  • Descartando otras enfermedades más graves que pueden confundirse con un colon irritable.
  • Mejorando los síntomas. Aunque la enfermead es crónica y “no mata” puede producir una  importante disminución en la calidad de vida que afecta a nuestra vida personal y laboral.
  • Tratando las enfermedades asociadas como los trastornos depresivos o ansiosos.
  • Contestando cualquier pregunta que tengas sobre la enfermedad.
  • Ofrecerte apoyo para  aprender  a manejar el síndrome de colon irritable.

La lactosa (presente de forma natural en los productos lácteos y como ingrediente en algunos productos procesados) pertenece al grupo de los fructooligosacáridos (fodmap) y por tanto es recomendable evitarla ya que es un carbohidrato que se absorbe mal en el intestino delgado y también puede favorecer la aparición de gases.

El hecho de evitar el gluten en la dieta de una persona con síndrome de colon irritable aún está en discusión. En personas con una disposición genética a tener intolerancia al gluten, es decir personas con el gen HLA-DQ2 y/o DQ8 positivo pueden beneficiarse de excluir el gluten de su dieta, aun sin padecer celiaquía pero en personas que siguen una dieta baja en fodmaps podría no añadir beneficio el hecho de comer sin gluten.

Aquí también es interesante destacar que en lugar de comer sin gluten, se pueden excluir los fructanos presentes principalmente en el trigo y por lo tanto además de los cereales sin gluten (arroz, maíz, quínoa, amaranto, trigo sarraceno…) se pueden incluir cereales con menos contenido en gluten y fructanos que el trigo, como la avena y la espelta.

El estrés se ha descrito como uno de los factores relacionados con el síndrome intestino irritable pero las evidencias no han demostrado que el estrés ni otros factores de carácter psicológico como puede ser la ansiedad o la depresión cause este síndrome. Sino que el SII favorece la presencia de estos factores i no al revés. El estrés si que puede acabar alterando la microbiota intestinal y la relación entre el sistema gastrointestinal y el cerebro se está investigando para saber que influencia tiene en el síndrome intestino irritable.

Beber alcohol y fumar implica daño en la mucosa intestinal, variando y aumentado la permeabilidad de ésta y puede implicar también alteración de la repuesta inmunitaria de las paredes del intestino. Así pues, como en cualquier otra persona fumar implica un daño general a la salud pero también y  específicamente perjudica el tracto gastrointestinal, pudiendo favorecer que los episodios característicos del síndrome intestino irritable sean más recurrentes.

La actividad física moderada y regular puede mejorar la distensión abdominal a la vez que aumenta la eliminación de los meteorismos y gases intestinales y ayuda a regular el tránsito intestinal a quién padece síndrome del intestino irritable con presencia de estreñimiento. También mejora la calidad de vida de las personas que padecen este síndrome ya que realizar ejercicio físico mejora factores que están asociados a este síndrome como puede ser el estrés, la fatiga, la ansiedad y la depresión.

En personas con presencia de diarrea, ésta podría aumentar en ejercicio físico de resistencia y de larga duración. Por lo tanto, cada persona deberá tener sus recomendaciones personalizadas de ejercicio físico por parte de un profesional pero al estar incluida dentro de un estilo de vida saludable, realizar actividad física también se recomienda a la personas con síndrome intestino irritable.

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Dieta FODMAP para colon irritable

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