¿Qué es la colelitiasis?
La bilis es una secreción producida en el hígado compuesta de agua, sales biliares, colesterol, fosfolípidos, pigmentos biliares, proteínas y electrolitos. La función de la bilis en el organismo es como parte del proceso digestivo para la emulsión de los ácidos grasos.
Si la bilis se sobresatura de colesterol o pigmentos biliares pueden formarse cálculos mediante procesos de precipitación, cristalización y agregación de estos componentes. El 80 – 90% de los cálculos biliares son de colesterol, siendo el resto relacionados con los pigmentos biliares en pacientes con ciertas patologías que aumentan la secreción de bilirrubina o en poblaciones orientales por infecciones parasitarias o bacterianas de la vía biliar.
Los cálculos de colesterol se forman dentro de la vesícula biliar, dónde se acumula la bilis que el hígado produce de forma lenta y constante, hasta que la ingesta estimula la contracción de la vesícula y su secreción a través de la vía biliar al duodeno para ejercer su función ya referida.
Si va a hacerse una endoscopia digestiva alta no debe comer ni beber nada en las 8 horas previas al examen.
Factores de riesgo
El paciente tipo con colelitiasis sería el de una mujer de alrededor de 40 años, fértil (que ha tenido hijos) y con obesidad. Este perfil proviene porque las hormonas sexuales femeninas favorecen su formación, y a su vez una dieta con alta ingesta calórica asociada a escasa actividad física se relaciona con una una bilis más saturada de colesterol.
Otros factores relacionados son dietas de adelgazamiento con rápida pérdida de peso, nutrición parenteral (por vía intravenosa), enfermedades hepáticas, diabetes mellitus y enfermedades inflamatorias intestinales que modifican la absorción de los ácidos biliares.
¿Cuáles son las causas de la colelitiasis?
No se conocen adecuadamente las causas para que se formen piedras en la vesícula, pero se ha observado que se fabrican con más frecuencia en:
- mujeres, sobre todo si han recibido tratamiento con anticonceptivos orales o si han tenido varios hijos.
- personas obesas.
- personas que consumen dietas ricas en colesterol.
- personas que tienen una brusca pérdida de peso.
- personas con edades avanzadas.
- consumo de algunas medicinas, como los fibratos para bajar los triglicéridos.
- presencia de algunas enfermedades que se caracterizan por destrucción de glóbulos rojos en el interior de la sangre (anemias hemolíticas).
Las piedras pueden ser de colesterol (80% de las ocasiones) o de bilirrubina (20%). Estas últimas se producen con más frecuencia en personas con anemias hemolíticas.
En general, los cálculos pueden:
- No producir síntomas. Los pacientes se encuentran asintomáticos y las piedras se descubren por casualidad. La posibilidad de que estas personas desarrollen complicaciones a lo largo de su vida es pequeña. No hay muchos estudios pero se estima que tan sólo 1 de cada 5 (20%) desarrollará alguna clínica relacionada con las piedras durante el resto de su vida.
- Cólico biliar. Consiste en un dolor intenso, a veces sordo, en la región superior derecha del abdomen, en ocasiones irradiado hacia la zona del estómago, hacia la espalda o hacia el hombro derecho, y generalmente acompañado de náuseas y vómitos, muchas veces de bilis. Se produce como consecuencia de que una de las piedras del interior de la vesícula intenta salir, consiguiéndolo o no. Generalmente la piedra obstruye parcialmente la salida de bilis de la vesícula y es lo que produce el dolor. El cólico biliar puede aparecer después de una comida grasa copiosa y puede durar unos minutos o varias horas. Si se prolonga mucho en el tiempo hay que pensar que pueda existir una inflamación de la vesícula (colecistitis).
- Coledocolitiasis. La piedra, si ha salido de la vesícula llega al colédoco donde puede quedar atrapada obstruyendo la salida de la bilis, de las secreciones del hígado y, a veces, de la secreción de jugos pancreáticos. Como consecuencia de ello puede haber daño del hígado (manifestado por aumento de las transaminasas y de la bilirrubina) y del páncreas (pancreatitis). Clínicamente produce el mismo dolor y vómitos que el cólico biliar pero puede verse que el paciente está algo amarillo (ictericia)y que la orina es más oscura.
- Pancreatitis aguda. La piedra, al taponar el colédoco, impide también la salida de líquido desde el páncreas ocasionando su inflamación.
- Colecistitis. La piedra impide la salida de bilis desde la vesícula la cual se inflama. El dolor se prolonga en el tiempo durante horas y suele asociarse fiebre y malestar general.
Muchos pacientes con piedras en la vesícula refieren una serie de síntomas vagos como digestiones pesadas, pesadez de estómago, dificultad para hacer la digestión, flatulencia, eructos frecuentes, etc. Estos síntomas no están relacionados con la presencia de colelitiasis y, en general, no deben motivar ningún tratamiento concreto.
Sí, existen datos que sugieren cierto componente hereditario que favorece el desarrollo de piedras en la vesícula. La presencia de colelitiasis es más frecuente en diversas familias y en hermanos gemelos.
Las investigaciones indican que la pérdida de peso y una dieta saludable pueden ayudar a prevenir el desarrollo de cálculos biliares. Se recomienda una dieta saludable, baja en grasas saturadas. Esto ayuda a reducir el consumo de colesterol malo que puede causar la formación de cálculos biliares. También se recomienda evitar el consumo de grandes cantidades de alcohol. La obesidad también es un factor de riesgo para desarrollar cálculos biliares.
Por lo tanto, es muy recomendable mantener un peso saludable comiendo sano y hacer ejercicio regularmente. Sin embargo, no se recomienda perder peso mediante dietas bajas en calorías, ya que han sido relacionadas con la interrupción de la producción de bilis y por lo tanto, pueden aumentar las probabilidades de desarrollar cálculos biliares.
Las complicaciones provienen de una obstrucción del conducto que comunica la vesícula biliar con la vía biliar, conducto cístico, provocando el cuadro de cólico biliar (dolor en el cuadrante superior derecho del abdomen generalmente acompañado de náuseas y vómitos) y que puede evolucionar hacia una colecistitis aguda, proceso de inflamación de la pared vesicular, que suele acompañarse de fiebre y un dolor más intenso a nivel abdominal.
Si el cálculo pasa a la vía biliar puede obstruir la vía biliar extrahepática, o coléodoco, provocando un cuadro de ictericia obstructiva (coloración amarillenta de la piel y generalmente asociado a un cuadro de cólico biliar), colangitis aguda si se sobreinfecta la bilis obstruida o de pancreatitis aguda si obstruye el conducto pancreático, en cuanto ambas, vía biliar y pancreática, convergen en su punto de salida al duodeno en la papila duodenal o de vater.
Una complicación muy infrecuente es que un cálculo de gran tamaño que consiga pasar al intestino lo obstruya, lo que se denomina íleo biliar.
La colecistectomía o resección de la vesícula biliar, de forma general, se indica cuando la colelitiasis se vuelve sintomática. La presencia de la litiasis biliar es un problema frecuente afectando entre un 10 – 15% de la población, pero más del 80 – 90% permanecerá asintomática a largo plazo incluso de por vida. Una vez que se tiene la primera complicación, la probabilidad de nuevos eventos es mucho más frecuente. Por tanto el balance beneficio-riesgo es favorable para una intervención quirúrgica cuando la colelitiasis es sintomática, siendo la vía de elección su extracción por vía laparoscópica o mediante mini-laparotomía.
En pacientes asintomáticos pero que asocien pólipos vesiculares mayores de 1 cm, calcificación de la pared vesicular (vesícula en porcelana) o cálculos en la vía biliar se indica también la colecistectomía, en los primeros por mayor riesgo de desarrollar cáncer de vesícula biliar y en el segundo por alto riesgo de complicaciones a corto plazo, debiéndose la realización previamente de una CPRE, técnica endoscópica para su extracción, o si no es posible vía quirúrgica en el mismo acto de la colecistectomía.